Alojamientos de montaña en Malalcahuello - Curacautín. Cerca de Corralco, Conguillío, Tolhuaca, rodeados de la cordillera, volcanes, termas, parques nacionales, en Chile
 
Trekking Barros del Toro – Blog

Trekking Barros del Toro – Blog

El grupo está contento, parece que vamos a ver algo especial. Se nota en los brillos de algunos ojos que ya conocen el lugar y que animan. Yo no engancho con eso, ver para creer, o más bien, para sentir. Secretamente espero que ojalá así sea, el panorama es ir a ver unos geysers en medio de las araucarias, un lugar antiguo, de historia añeja, inmenso, bañado de árboles, montañas y amigos. Hasta ahora, vamos por buen camino.

 

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Juntamos los autos en la parcela y partimos, yo voy primero. Salimos de la carretera y nos adentramos por el puente Manchuria, nos quedan 13km por camino de ripio para llegar a nuestra primera parada. Siempre me ha gustado manejar y el camino de ripio lo hace más emocionante, le pongo el 4×4 para que tenga más adherencia y sea más seguro. A esta hora de la mañana temprano, hay un frío que se nota de puro mirar el paisaje.  

Llegamos primero al Cañón del Blanco, para recibir instrucciones. La ruta está en marcha blanca y debemos escuchar algunas recomendaciones que más que decirnos que hacer, es una invitación a disfrutar el paisaje. Queremos cuidar este lugar, nos dice Cristian con una sonrisa y manos abiertas, nosotros asentimos y nos vamos algunos kilómetros más adentro en los autos para luego bajarnos y comenzar a caminar.

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Yo no quiero conversar mucho, quiero caminar y estar solo en el bosque. Cuando veo que ya están todos preparados y que no hay problema, me pongo al frente. El bosque del lugar me invita a un reencuentro, a mirar hacia afuera y hacia adentro. Sé que son unas 3 horas caminando, sé que voy a cansarme un poco, que voy a sudar y es un desafío que despierta mi sensación de aventura. Comienzo a caminar sin esperar muchas indicaciones, quiero llegar a este punto de unión entre el paisaje, el trekking y yo, esa sensación que reconocemos solo emocionalmente, que es difícil de explicar con palabras. Se puede hablar de una conexión, de un vacío, de una profundidad silenciosa, de cansancio y alegría al mismo tiempo, todos sabemos de qué hablo y si no, te recomiendo ir a un bosque y andar.

En una de las bifurcaciones, no sigo el letrero, no lo veo y me pierdo. Me doy cuenta que estoy perdido cuando llego al final del camino. El paisaje es hermoso, hay mucha niebla, mucho verde y araucarias. Por un momento me asusto y me reto, pero luego me calmo, no hay problema. Llegué a un lugar que no era parte del programa, tendré que desandar lo recorrido, pero valió la pena. Me empiezo a sentir más en casa. Una amiga me habló de darse un “baño de árboles” yo pensé que era una tontera, pero parece que es cierto, por lo menos aquí.

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Llego al letrero y recuerdo que dentro de lo que nos dijeron, nos mencionaron que hay dos caminos, uno largo más fácil y uno corto más empinado. Eso me pasa por no escuchar, me digo. Miro alrededor y respiro, no veo a nadie, pero supongo que esta es la ruta y la sigo, siempre sigo mi intuición para encontrar las direcciones, esta no falla, ojalá que no sea la primera vez.

Hongos

El sendero se hace cada vez más duro, hay que sortear rocas y árboles caídos y luego de unos 40 minutos comienzo a llegar a la cima del cerro. Se nota, llego a un lugar más plano y alguien me grita, es Pablo, finalmente me encuentro con alguien del grupo.

Le pregunto dónde vienen los otros, me dice que atrás de él, es decir, un poco más atrás, por el mismo camino que yo venía. Todavía hay bruma, pero empiezo a sentir olor azufre, miro hacia abajo y ahí están, los geysers y también están las araucarias, era cierto lo que nos dijo nuestro anfitrión, era cierto ese brillo en los ojos de quienes ya conocían el lugar. ¿Cómo no lo vi antes? Quizás necesitaba perderme un poco.

Vapor

Esperamos al resto del grupo y comenzamos a bajar, decidimos el camino mientras andamos, hay algunos lugares peligrosos por el barro y el agua caliente. Escogemos rodear para primero, llegar a la mitad del valle. Ya cerca de las aguas termales, nos ponemos a comer y a conversar. La Constanza y sus amigas se ponen barro en la cara, hacemos chistes, nos reímos. El lugar es impresionante, tan escondido da la sensación de virginidad, pero es inmenso en belleza.

Me vuelvo con el corazón tranquilo a verlo por última vez antes del descenso, gracias, me digo, no sé a quién, pero ¡gracias!

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Nuestro Video del Trekking (Lo hicimos otro día)

 

Diego Letelier – Blog del Chukao – CEO

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